domingo, 12 de junio de 2011

Esa tiniebla eres tú

Darío Jaramillo Agudelo, Santa Rosa de Osos, 1947
Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra, 
que esa tiniebla eres tú. 
Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario; 
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original -contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve, 
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine, 
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor. 


Darío Jaramillo Agudelo
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Algo de lo que leí el viernes, mientras iba para Calima, mientras recordaba a alguien a quien me gusta recordar. Es bueno eso de leer en movimiento, así se arruinen un poco los ojos. También es bueno recordar, descubrir, que existen poetas como Darío Jaramillo Agudielo, que te conocen de toda la vida, sin haber cruzado palabra con ellos. 

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