sábado, 4 de junio de 2011

Es-tu-día (con otro acento)



Que trabajos tan hermosos tiene la vida.


Acecha a la maldita de tu abuela, me aconsejo.
Soporta el sol y si es preciso acalámbrate
esperando a que la carcamala duerma
mientras oye novelones de radio
y discute con el malo.
Desátale el fajón de su camisola 
y amárrala al mecedor para que ojalá
no se suelte nunca.


Es tu día: jódete!


Quémate las pestañas en la luz de los recuerdos.
Apresúrate a comprar el último libro 
de ese viejo poeta que te obsesiona,
y ven rápido a tu escondirijo
a empuñar el bolígrafo y el cigarrillo.
Coloca la jarra de limonada en la mesa. 
Corre, ve y dile a la tristeza de antier
cuál era el color exacto del día en que murió tu padre.
Emborráchate de nostalgia,
empieza unverso.
Apúrate pendejo que por ahí, entre tus glándulas,
transita la vejez inerme.


(Raúl Gómez Jattin)


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A veces está bien escuchar imperativos con acento y cambiárselo luego.

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