martes, 10 de agosto de 2010

la soledad de Gómez Jattin

No sé donde arderás ahora corazón mío
Necesito entregarte siempre como esclavo Pobre de ti
Es urgente que enfermes otra vez y otra vez
Qué voy a hacer contigo ahí desocupado
como estúpida biología Vamos deshazte
de tu pesadumbre y emprende vuelo
¿Qué te sugiere el momento? ¿Te gusta esa mirada
envejecida pero atenta de tu buena sobrina?
Ve y háblale de cuando lloró sin motivo
O cuando de la risa se orinó en los calzones
O mejor recorre el campo y siembra un árbol
suntuario O llévate cordel y navaja
y construye un barrilete y eleva con él
tu soledad hasta las nubes
No No queremos los dos amigo mío hacer nada de eso
Queremos acostarnos otra vez sobre tu vientre
Pero esos tiempos han pasado Su cuerpo y su deseo
deambulan entre cines y bares de la urbe
enfebrecidos detrás de otros cuerpos y otros deseos
Y eso está bien Es su vida sin nosotros
Tiene derecho también a un placer libre
Allí está sola la luna y no se muere Solo está el viento
Tú me tienes a mí
Y a Nuestra Señora La Soledad de Gómez Jattin

Raúl Gómez Jattin (1945-2004)


No entiendo como no había posteado nada de este señor aquí, tal vez porque no había necesitado antes su poesía tanto como ahora. Me gusta esa angustia que me produce leerla, y como se puede uno dejar caer por completo en lo que expresan sus poemas. A este señor siempre lo leo con las entrañas, sin que me importe la retórica, sólo en función de lo emotivo. Y soy feliz, así me ponga angustiado o triste; ser así en un poema que se lee es como ser feliz. Arde Raúl, que yo quiero arder contigo.

2 comentarios:

  1. A diferencia de usted, a mi no me gustó la angustia que me produjo leer éste poema.

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  2. Modifiqué el texto porque la redacción me había quedado asquerosa. Que el profesor es muy sabihondo mirando las tildes que se le olvidaron a usté, pero con lo de él a ratos es más desjuiciado.

    Eso que dices tal vez sea porque hay algo enfermo en mi mente. Pero también es que me gustan los textos que me mueven adentro. No es que me guste el dolor o la angustia de por si, sino que me siento muy feliz cuando logro identificar los míos con un texto tan bellamente escrito.

    ¿No le pasa a usted algo parecido?

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