Pregunta de @fibonacciprower sobre derechos de autor y patentes [ http://ewey.co/B1008#comments ]: ¿por qué tengo el derecho de hacer mi negocio así, y obligar a los demás a seguirlo? (como discusión a un post de @chlewey en su blog)
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Una ley no se escribe en una hoja en blanco. El derecho lo que hace es modificar otras leyes, o legislar al rededor de prácticas existentes, pero su creación y su aporte no pueden partir de cero, siempre hay un antecedente, ya sea jurídico o fáctico.
La autoría es una función discursiva en un universo normativo donde discurso y poder son fuerzas interdependientes. La función de autor refiere un modo de existencia, circulación y operación de los discursos en una sociedad, que varía según contextos históricos, y que pone en relación el concepto de autoría con los conceptos de obra y firma. La función de autor se define al estudiar las modalidades de existencia de los discursos, las formas de circulación, atribución, apropiación, etc., y la manera en que estas modalidades se articulan con relaciones sociales concretas. De esta manera, decir que un escrito es de un autor es rescatarlo de la palabra anónima e indiferente, también de la carta privada y de otros espacios reservados a la expresión fugaz, es situarlo en una posición o estatuto que está fuera y dentro del texto, en el límite de los textos, por cuanto a la vez que unifica una obra, que él ha creado, depende por entero de ella, puesto que es la obra la que construye al autor, que fuera de ella, de ese conjunto de textos que lo singularizan, es sólo un ente de razón o una persona no tenida en cuenta. (cfr. J. M. Pozuelo Yvancos en Poética de la ficción y a M. Focault en ¿Qué es un autor? http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Foucault/Autor.html)
La autoría permite la existencia del individuo a partir de su obra. Es el reconocimiento social de lo que el ser humano hace, de su testimonio de la existencia. Pero esto no se da en la mera abstracción de la vida espiritual humana sino en una sociedad que tiene un devenir material inobjetable. Tal vez no sea el autor quien deba controlar su obra, pues el autor mismo es una creación producida por la forma en que circulan los discursos en la sociedad actual. En la antigua Grecia el autor no importaba demasiado, al punto de que ahora no sabemos si La Iliada y la Odisea fueron escritas por el mismo Homero. Quiero decir: la fama de los hombres es creada socialmente a partir de la forma en que son apropiadas sus obras en un campo de producción socioeconómico. Es natural que un autor -por vanidad o por interés económico-, quiera controlar el destino de su obra, su nombre y su creación, porque si tiene la suerte de pasar a la posteridad es quizás eso lo único que quedará de su corta existencia, pero también es cierto que quien finalmente determina estas cosas es el azar de la historia.
Ahora: para que un autor exista es necesario que se convierta en una figura pública a partir de la unidad que le brinda su obra, no olvidemos que es su obra la que lo construye, y su obra sólo adquiere existencia en tanto circula por una comunidad receptora. La ley trata de regular la forma en que circulan los discursos, las obras, en función de las pugnas entre poderes en una sociedad, pero es realmente el conglomerado social el que en la praxis determina estas formas. Por eso cualquier ley que pretenda condicional las prácticas que históricamente se han construido, se han modificado, se están modificando y se modificarán, está destinada al fracaso, a ser evadida y finalmente a tornarse obsoleta. De la misma manera la función de autor existe ahora como una práctica social de circulación y apropiación de las obras, pero no es necesario que sea así siempre porque tampoco ha sido siempre de esa forma.
En este marco de interpretación: el autor puede pretender controlar su obra, como ideal, como "deber ser", pero siempre estará en conflicto con los poderes de la sociedad, tanto el poder con el que puede intentar establecer alianzas para controlar su lucro económico, como por el poder de una sociedad que construye y modifica sus prácticas constantemente. Y también: el autor es más autor en tanto es más tenido en cuenta, es decir, en tanto su obra es conocida por un mayor número de personas que le atribuyen esa autor-idad sobre su creación. Por eso la discusión tal vez sea más conveniente darla sobre los mecanismos que permiten la construcción de esa autoridad que sobre la legitimidad que pueda tener el autor sobre el control de su creación.
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