y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
Rubén Darío
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Desperté con este poema en la cabeza. Ojalá no sea una anunciación de la providencia, lo bueno es que por éste llego a la Letanía a nuestro Señor Don Quijote, y si es la providencia la que habla, con la Letanía la evado :)
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